Las manifestaciones artísticas reflejan el espíritu del entorno que las produce. Los trabajos fotográficos de Patti Levey no han podido surgir de un entorno diferente al de la Amerikkka de Dick Cheney y george Bush.Un entorno que conculca las libertades personales en nombre del Amor (Recuerdan el video de George Carlin sobre religión?), que aplasta a la disidencia en nombre de la democracia. Un entorno hipócrita y confesional, patriótico en el sentido en que Isaac Asimov lo describió (estupidez , decía el sabio),un entorno en donde tienes toda la libertad para comprar armas automáticas pero no puedes casarte con una persona de tu propio sexo.
De ese confuso y desnaturalizado entorno nace la obra de Patti, que de manera consecuente muestra su testimonio doloroso y agonizante. Surge esta obra en esta época en que mujeres de diferentes etnias, culturas, idiomas, extracciones de todo el mundo, levantan sus voces valerosas para combatir el oprobio. Y eso hace su obra doblemente valiosa. Olvidemonos de la estética formal y admiremos la estética del pensamiento.
En la obra de Patti el desnudo, el cuerpo expuesto sin recato, se convierte en arma de denuncia. Desnudarse es todo un evento cuando se hace en público. Hay que tener valor. El cuerpo adquiere con esta artista una dimensión diferente que involucra dolor y pesadumbre, pero también poder. Porque no es un arte fácil de realizar o ver. Muchas personas sienten rechazo ante estas imágenes, porque no son delicadas o eróticas. Tan solo son valientes, que no es poco. Ha sido dicho que “una imágen vale más que mil palabras” y con razón. No puedo esgrimir argumentos ante estas tremendas bofetadas a la cara de las maquinarias corporativo-religiosas-educativo-económicas. La mujer está despertando en todo el mundo y su energía maravillosa va a transformar nuestra vida. Por el momento he sentido muy profundamente estas imágenes y una mezcla de cólera, dolor y Amor me ha hecho un nudo en la garganta. Me parece que necesito llorar un poco.
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Por: carlos
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